La capital del norte de Tailandia está solo a una noche en tren de Bangkok, pero a años luz de su ajetreo. La que fuera capital del pueblo de Lanna, arrebatada a los birmanos por el reino de Siam, presenta un sugerente acopio de llamativos monasterios, ajetreados mercados, modernos centros comerciales y tranquilas calles de casas que no desentonarían en un pueblecito perdido. Chiang Mai es más un refugio campestre que una megalópolis, pero eso es lo que atrapa a todos, desde mochileros adolescentes hasta familias jóvenes y jubilados de todo el mundo, así como a los nuevos turistas chinos que están redefiniendo la experiencia viajera en la ciudad.
• Visitar Wat Phra Singh, el templo más sofisticado de Chiang Mai.
• Charlar con los monjes para descubrir las motivaciones de los hombres que visten de naranja.
• Aprender cómo hacer un curri verde perfecto apuntándose a unas clases de cocina.
Incluye: Chiang Mai, Mae Rim, Chiang Dao, Doi Ang Khang, Tha Ton, San Kamphaeng y Bo Sang, Fuentes termales de San Kamphaeng, Hang Dong, Parque Nacional del Doi Inthanon y Mae Kampong.
Como muchos californianos, Celeste Brash reside hoy en Portland (Oregón), a donde llegó tras pasar cinco años en la Polinesia Francesa, 18 meses en el sureste asiático y una temporada de profesora de inglés como segundo idioma (y acento americano) en Brighton (Reino Unido), entre otras ocupaciones. Escribe guías para Lonely Planet desde el 2005 y sus artículos de viajes han aparecido en publicaciones como BBC Travel y National Geographic. Actu...
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