Cartas de un Gran Amigo es un tiempo para estar juntos, entre cuentos y anécdotas un tanto criollas. Son cartas breves, que buscan dar una respuesta a esas inquietudes juveniles que varios amigos me han confiado y que también yo tuve en su momento. Hoy es un gustazo poder compartirlas contigo, “hablando en nuestro propio idioma”. Van especialmente dirigidas a aquellos amigos que todavía no conocen a Dios, “un Gran Amigo”. Pueden ser útiles también para quienes lo conocen un poco más, y como buenos compañeros buscan crear puentes entre “amigo y Amigo”. Cuento con un gran “cartero”, que muy cariñosamente se encargó de apadrinar estas cartas con su estilo campechano, sencillo y cercano. Su nombre es Mamerto Menapace. Es un monje benedictino muy reconocido que ha escrito varios libros para jóvenes, y es para mí un honor tener su apoyo. Hay cartas, hay cartero y quien las manda ya las despachó… Falta que lleguen a destino y al ser leídas cumplan su función. Para eso cuento contigo.
Mi nombre es Martín Etcheverry y tengo el orgullo de presentar al Gordo. Soy diez días más grande que él y somos amigos desde los cuatro años. Fuimos al mismo jardín, luego compartimos el Colegio Monte VI y terminamos en el Juan XXIII.
El Gordo siguió la carrera de Veterinaria, pero –como dice él– cuando sintió el llamado al sacerdocio: “se cambió de animales”. Dejó la veterinaria para meterse de Cura. Todo comenzó en aquella misión en “El Paiv...
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